La onicofagia es el nombre científico que se le da a la costumbre de morderse las uñas, uno de los trastornos nerviosos más frecuentes en niños y mayores.
Según estadísticas, aproximadamente una de cada cuatro personas continúa con esta mala costumbre en la edad adulta (25%).
Muchas de las consecuencias de la onicofagia son estéticas; las manos, los labios e incluso los dientes, pueden verse alterados en su forma.
- Se produce desgaste en los dientes y daño en el esmalte por el repiqueteo constante de un incisivo contra el otro.
- A su vez, ese repiqueteo puede dar lugar a piezas dentales recortadas y, en casos más graves, puede incluso llegar a la caída de piezas dentales y úlceras en las encías.
- Las personas que sufren onicofagia tienden a impulsar la punta de la lengua hacia delante y hacia atrás, como si se estuviera succionando un objeto presionando la arcada dental superior.
- Distorsión de la mordida y la alteración de la armonía de las funciones orofaciales.
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