En primer lugar, es prácticamente invisible. Esto no le resta eficacia, los materiales con los que está fabricado son lo suficientemente duros y manejables como para que los resultados sean mejores y más rápidos.
En segundo lugar, se puede poner y quitar. Esto permite comer y beber con mayor comodidad con el tratamiento, se pueden lavar los dientes con más facilidad,... Así, también mejora la higiene bucal.
En tercer lugar, es más cómodo. Además de todo lo anterior, no tiene alambres que puedan causar heridas ni irritaciones en la boca, ni hay que ir continuamente al dentista para que se realicen ajustes.
En cuarto lugar, y seguramente lo que distingue a este sistema de otros desde antes de empezar el tratamiento, es que se construye una recreación virtual personalizada a cada caso, en el que se puede ver cómo será la evolución de la corrección.
Estas no son las únicas ventajas de Invisalign, también se podría decir que es más rápido,... pero son suficientes para ver que este sistema puede resultar más interesante que los tradicionales.
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